viernes, 31 de julio de 2009

El bicho-todas las noches



¿Quién no ha sentido esto alguna vez?

En los caños

martes, 28 de julio de 2009






"Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos"

lunes, 27 de julio de 2009

permitios llorar!!



"Quien suele llorar profusamente, también es capaz de reir con intensidad al instante siguiente" (Oscar wilde)

El ser humano es el único en la Tierra que suelta lágrimas emocionales cuando llora, pero ¿por qué lloramos? Habría que aclarar que el ojo está continuamente llorando para lubricarlo por la glándula lacrimal, aunque de manera contenida. Esas serían las lágrimas básicas. Luego habrían otras reflejas, que se producirían como forma de defensa ante objetos extraños o cuando cortamos una cebolla, por ejemplo. Y las últimas, serían las que producimos a causa de las emociones, las cuales, solo los humanos producen de entre todo el reino animal. Cada clase de lágrima contiene diferentes clases de componentes químicos y hormonas. Se ha descubierto que las lágrimas emocionales, contienen gran cantidad de manganeso y de la hormona prolactina. Llorar, produce que el cuerpo se libere de estos componentes y disminuya la depresión emocional; mucha gente ha declarado que llorar les hace sentir bien y les calma cuando están tristes, y esto es en parte debido a la química y las hormonas que liberamos al llorar.

¿Llorais a menudo?, ¿En que situaciones?, ¿Os de verguenza llorar?,

Yo lloro, con el amor, con la lluvia, viendo una película, escuchando una canción, de impotencia, de miedo, a veces de tristeza y a veces de alegría, pero lloro igualmente.

Y me he dado cuenta que lloro tanto porque tengo alta la Prolactina (es medicamente cierto), una vez más compruebo que lo físico y lo psíquico van unidos.

domingo, 26 de julio de 2009

No te salves

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te quedas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

Mario benedetti


"No creas nada, no importa donde lo leas o quién lo diga, aunque lo haya dicho yo mismo, si esto no está de acuerdo con tu propia razón y tu sentido común"( Buddha)

"Los muros no mantienen a los demás fuera sino a tí dentro".

En algún momento hay que decidirse. Puedes pasarte la vida levantando muros, o puedes vivirla saltándolos. Aunque hay algunos muros, demasiado peligrosos para cruzarlos. Lo único que sé es que si finalmente te aventuras a cruzar, las vistas al otro lado son fantásticas.
"La vida es lo que te pasa mientras haces otros planes"(John Lennon)

"El agua que fluye es el único que no se estanca"

"Vive como si no fueras a morir nunca, actúa como si fueras a morir mañana"(Lin Yutang)

el instante mágico


"Sólo entendemos el ´milagro de la vida´ cuando dejamos que suceda lo inesperado. Todos los días Dios nos da junto al Sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hizo ´infelices´.Todos los días tratamos de fingir que no percibimos ese momento, que ese momento no existe, que hoy es igual que ayer y será igual que mañana.
Pero quien presta atencion a su día, descubre que el ´instante mágico´, puede estar escondido en cualquier parte"(Paulo Coelho)

CREMÈ BRÛLÈE



CREMÈ BRÛLÈE

Primera cucharada. Las miradas se encuentran. ¿Por dónde comenzar? Este momento siempre es difícil, porque no sé si quebrar la costra de caramelo con un solo golpe de cuchara o hacerlo poquito a poquito. Alrededor, todo es silencio, porque elegimos un espacio donde sólo tú y yo somos los comensales: es un banquete privado. En sintonía con tus pupilas, entiendo la frase de “cuando los ojos sonríen”, porque en esos ojos oscuros, brillantes, intensos, parlanchines, resalta un homenaje sincero a la vida .No hay manera de eludirlos, y menos cuando en ellos me retrato, auténtico y feliz. Ya era hora, me digo. Han sido muchas vidas de búsqueda. Y aquí estás, justo frente a mí. Te pruebo y me compruebo que sólo existes tú.
Segunda cucharada, Mis labios se acercan a los tuyos, apenas dibujados en un rostro de trazos exactos y armónicos. ¿Te habían dicho antes que tu cara se ilumina de mil colores cuando esbozas una sonrisa? Sí, me liberaste con tu luz cuando estaba atrapado en esos pasillos oscuros, de paseo por el vacío. En un beso, nuestras historias se abrazan y abrasan, se funden y confunden, se conocen y reconocen. Mi lengua se enreda con tu lengua y el sagrado rito de iniciación de salivas revueltas convulsiona mi cuerpo. La hoguera ha sido encendida. Sí, elegí quebrar el caramelo de un solo golpe, para que no queden dudas de la dimensión del deseo.
Tercera cucharada. Me éstas perturbando. Mis manos viajan por tus hombros, tu cuello, tu cara, tu pelo, a la misma velocidad con que la adrenalina fluye por mi cuerpo. Las tuyas recorren mi pecho, mi espalda, mi nuca. Nuestras bocas no quieren separarse nunca más. En la eternidad de un beso se desatan mil y una caricias para reconocer el terreno, tan nunca y tan siempre explorado, como el sabor de esa crema francesa que seduce desde el plato. Me rindo. Intenté eludir varias veces tu campo magnético, y apenas ahora comprendo por qué era inevitable.
Cuarta cucharada. Te siento cerca. Tu pecho y el mío, sellados, se intercambian los latidos: por fin dejamos atrás los miedos inútiles y abrimos las puertas de la pasión, aprisionada en la cotidianidad de esas reglas absurdas que no están escritas en ningún lado, pero que ambos seguimos con disciplina inquebrantable. En su viaje por los cuerpos, nuestras manos se encuentran y se aprietan con la alegría de saberse juntas. No hay marcha atrás. Una vez que pruebas la vainilla natural, no hay forma de volver a los sabores artificiales.
Quinta cucharada. Tus sabores, aromas y texturas subrayan la línea del deseo, inevitablemente cruzada, al tiempo que el bocado de leche, caliente y dulce, pasea por mi boca. No importa cuán torpes son los movimientos: construimos, piedra a piedra, el templo de una pasión que nació sin que nos diéramos cuenta siquiera. Desabotono tu camisa, y mis manos por fin se deslizan por tu piel. Me detengo para contemplarte. Eres arco iris, océano, continente, nube, lluvia, cielo, constelación.
Sexta cucharada. Nos tocamos. Al descubrirnos, nos reconocemos. Tus manos, mis manos, en ebullición, ya no se detienen, y untan de crème brûlèe el cuerpo del otro. Temblamos. Sudamos. Ambos imaginamos lo que se aproxima. Si cruzamos la frontera, ya no podremos, ya no podremos volver al pasado, lo sabemos. Revolución. Reconstrucción. Liberación. Me pregunto cuándo fue la primera vez que te miré de otra manera, como fue que una mañana, simplemente, amaneciste tatuada en mi alma. Sí existes.
Séptima cucharada. Desnudos, nos miramos. Tu boca me recorre, de norte a sur, de este a oeste, cruza ecuadores y trópicos, y hace pausas, breves, larga, en los destinos que tú eliges, mientras tu lengua absorbe los restos del postre en mi cuerpo. Tus labios aprisionan mi sexo, y el caos se transforma en armonía: el calor de tu boca me humedece por dentro, mientras subes y bajas en un silencio que no quiero que se rompa jamás. Tus dedos me estremecen.
Octava cucharada. Es mi turno. Elijo un recorrido lento por valles, cordilleras, bosques y manantiales. Muerdo los dedos de tu pie, reflexiono en tu rodilla, me distraigo en tus codos, nado en tu ombligo y bebo la crema, derretida ya en el calor de tu piel. Pero es en tu entrepierna, embriagado de aromas y sabores, donde me estaciono. Tus gemidos son una sinfonía que han cambiado el sentido de la música para siempre. Mis dedos te estremecen.
Novena cucharada. Te penetro. Ingreso a un circuito de placer que no admite pausas. Me montas y me utilizas para darte placer. Te monto y te utilizo para darme placer. Equilibramos fuerzas y vamos juntos hacia la última estación, justo donde la salida es la llegada y el encuentro se transforma en la eternidad de la plenitud. Big Bang. Aún con un plato vacío enfrente, me queda claro que hay instantes, sí, que perduran para siempre.
Décima cucharada. Si Dios creó el mundo en siete días, yo lo reinventé en diez cucharadas. Quiero otra crème brûlèe.


Es el relato erótico más bonito que he leido jamás!!!!

Le petite mort



"No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele.Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser si matándonos nos nace".(Eduardo Galeano).

El bambú japonés


No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.

También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: “¡Crece, maldita seas!”…

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de solo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!

¿Tardó sólo seis semanas en crecer?
No. La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.

Cuento Zen

Vaivenes


"Sino estas atento la vida se queda en los vaivenes, en las horas incógnitas, en los dolores triviales que matan, en la marejada de añoranzas que niega cualquier posibilidad a la belleza. Si quieres que la vida traiga el encuentro, espéralo seguro, sereno y confiado, entre lo que tal vez fue y lo que probablemente será. Debes allanar la senda, arar la orilla del mar, dejar en el paisaje señales inequívocas para que ella encuentre el camino, la vida es lo que hacemos, lo que esperamos, también lo que no supimos hacer. A veces en cuerpo, a veces en alma"
(David F. Cantero,(Amantea))

http://www.youtube.com/watch?v=dUxCiMDR1HQ