
Asomaba a sus ojos una lágrima,
y a mi labio una frase de perdón.
Habló el orgullo y enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino, ella por otro,
pero al pensar en nuestro mutuo amor
yo digo aún: "¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá: "¿Por qué no lloré yo?".
(Gustavo Adolfo Bécquer)
Yo quería que fuese el inicio de un comienzo,
tú el inicio de un fin.
Creí escuchar más allá de las palabras,
y creo que fueron sólo las palabras las que nos separaron.
Tal vez no sea así y entonces espero que soportes la levedad que yo no soporto,
o tal vez algún día decidas saltar el muro y buscarme al otro lado,
porque sé que una vez has probado el auténtico tiramisú,
es difícil volver a los sabores artificiales.
Y si puedes, contéstame una última pregunta: ¿crees que podría parecerme yo a Teresa?
A quién en lo poco fue mucho.
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